Publicación digital Microrrelatos 2015

Tenemos el placer de presentarte la edición digital de todos los relatos participantes en este Primer Concurso de Microrrelatos organizados por ByLinedu para la Semana Europea de la Alfabetización 2015.

Agradeceros a todos la ilusión y creatividad en vuestras obras, que son de una gran calidad. 

Disfrtuad de la lectura

Microrrelatos2015

Ganadores del Concurso de Microrrelatos

Reunido el Jurado del concurso de Microrrelatos y realizado el recuento de los votos registrados en el Blog, procedemos a comunicar el resultado de los ganadores en las diferentes categorías.

RESULTADOS DEL CONCURSO

Ganadores por elección de los internautas (mayor número de votos)

Categoría Infantil: Saxa Ajo Picante de Violeta Alonso
Categoría Juvenil: Hoy describo el corazón de Sara Offerrall
Categoría +18: No me olvides de Gloria Males Martínez

Ganadores por decisión del Jurado

Categoría Infantil: Nina y la luna de María Valenzuela
Categoría Juvenil: Con ojos de ocho años de Carmen de Rueda
Categoría +18: Por amor al arte de Sandra Monteverde 

Tal como está anunciado, los premios se otorgarán el próximo día 16 de septiembre en Valencia a las 18 horas. Las indicaciones del lugar están detalladas en la reserva de entrada.

Los ganadores tienen reservada una plaza para asistir al evento. En caso de no poder asistir a recoger el premio, deben ponerse en contacto con la organización para hacérselo llegar a su domicilio por correo ordinario.

Cualquier persona que desee asistir a la entrega de premios, debe reservar entrada imprescindiblemente, al disponer de aforo limitado a través del siguiente enlace.


Próximamente, se elaborará una publicación digital con todos los relatos participantes. Se informará desde la web del evento: www.bylinedu.es/literacy

Cuál es mi motivación para estudiar psicología (Categoría +65)

Comenzaré por hablar de mi motivación para "estudiar" simplemente.

Creo que es algo que llevo dentro de mí desde siempre, desde muy niña. Quería siempre aprenderlo todo: a hacer ganchillo, me enseño mi tía C. a zurcir, mi abuelita... Mi abuelito, que era maestro, me enseño a leer a los tres años. A partir de entonces, mi mayor ilusión era leer: cuentos y todo lo que caía en mis manos. Con el tiempo fue el momento de aprender ("estudiar") y para mi fue la misma ilusión, que me ha acompañado siempre. Cuando a los diez años estudiaba el primero de Bachiller (entonces era otro plan de estudios) recuerdo como una anécdota, que, caminando por el pasillo, entre una clase y otra, me preguntaba a mi misma: "¿qué carrera escogeré que no se acabe nunca, para estar siempre estudiando?"

Por eso, hace unos años, cuando me vi en una situación apropiada, libre de obligaciones, me decidí a retomar los estudios. ¿A mi edad? Nunca ya voy a ser más joven que ahora. ¿Ilusión por el estudio? La misma que cuando estudiaba la carrera (Magisterio). ¿capacidades? Reconozco que muy enlentecidas, supongo que por la edad (86 ahora) que no es poco. Pero en cambio puede haber otras ventajas y son: la madurez que se va adquiriendo con la edad (siempre a más), el sosiego que de el tener cumplidos todos sus afanes en la vida, el disponer de todo el tiempo ya sólo para el estudio...

Y ¿por qué justamente psicología? ¿por qué no cualquier otra disciplina del abanico de ofertas que encontramos aquí y allá? Pues porque "justamente" la psicología es la que me ofrece la que, en estas alturas de mi vida, más me interesa: el conocimiento de la persona humana en todos sus aspectos (psicológico, psicobiológico, patológico, evolutivo...) para aprender a aceptar a cada cual según es, saber comprenderle, estar a su lado en todas las circunstancias, no asustarme ni alterarme por extrañas cosas que pueda observar en su comportamiento... para, a fin de cuentas, saber amar y comprender a cada cual según es y no según yo quisiera que fuese. Como le ama Jesús y por eso trato a la vez de conocer y vivir el evangelio.

La escultura encantada

El abuelo de Hans había fallecido. Debía ir a la casa del difunto, ya que su nombre figuraba en el testamento. Eso le extrañó, ya que en los últimos años no había tenido contacto.
Ignoraba si era millonario o si poseía joyas o bienes de valor. Sólo sabía que le gustaba mucho viajar. La casa del abuelo se encontraba lejos de la civilización, al final de un largo trecho desértico. Pero su rostro amable —recuerdo de su infancia— le empujó a continuar.
Cuando llegó, el notario se encontraba allí, tal y como habían acordado.
—Le estaba esperando. Ahora le entregaré la herencia de su abuelo.
Lo que Hans heredó fue una escultura a escala real de un gato moteado. Era de oro y en los ojos tenía dos gemas incrustadas. El muchacho firmó los documentos sin rechistar; estaba un poco fatigado y quería volver a casa antes del anochecer.

En el viaje de vuelta tuvo la desgracia de encontrarse con un ladrón, quien amenazó con quitarle la vida si no le daba la figura. El malhechor, al tocarla, hizo que ambos recibieran el impacto de una corriente eléctrica. Cuando Hans despertó, encontró un leopardo de ojos verdes.

Una heroína como tantas otras

Suena el despertador. Sofía se levanta, se ducha y prepara el desayuno. Despierta a las niñas y una hora más tarde las lleva al cole. Una mañana intensa le espera: hacer las camas, limpiar la casa, cocinar, corregir redacciones, preparar clases y curso de formación online. Recoge a Aitana y a Laia del cole, comen y las vuelve a llevar para las clases de la tarde. 

A Sofía le esperan cinco horas de clase, es su trabajo y disfruta con lo que hace. Hoy toca descripción. A los alumnos no suelen gustarles las actividades de expresión escrita, pero ella le pone tanto entusiasmo que les contagia y consigue que escriban magníficos relatos. La tarea de hoy puede resultar simple y a la vez complicada: describe a una persona a la que admiras. Un alumno escribe sobre su madre, y lee la descripción en voz alta. Ella se ve reflejada en ese relato de madre heroína que trabaja, cuida de sus hijos y que consigue lo imposible cueste lo que cueste. 

Diez de la noche, vuelve a casa exhausta, cansada y con ganas de relajarse, pero Aitana y Laia esperan que les lea el cuento de Pinocho, y ella no se puede negar. Cena, organiza el día siguiente para ella y para las niñas, se va a la cama, sueña que es feliz y … suena el despertador.