Sé que no eres de mi misma sangre, pero te protegeré entre mis brazos. Sé que
jamás podré sentir el dolor que sintió tu madre al parirte, pero ya vendrán tiempos
oscuros donde sufriré como una mártir.
Eres lo que más amo en este mundo, por ti sacaré mis garras y dientes, seré la
protectora de tus dulces sueños en las noches de tormenta. Te lameré tus heridas
enseñándote las consecuencias de tus acciones, cosa que me acabarás agradeciendo en
un futuro.
Te empujaré para que des tus primeros pasitos, te amamantaré mientras te doy el
calor en mi regazo y dormiré junto a ti para que mi olor se quede impregnado en tu piel.
Mientras esté viva no habrá ninguna mano maldita que te haga daño.
Nunca te avergüences por ser cómo eres, a mí no me importará que me miren
mal por aceptar a un hijo diferente. Aunque digan que nuestras razas están siempre en
guerra, eso es un mito inventado por la palabra del hombre. Yo ladraré para ahuyentar a
los intrusos y tú maullarás para que se vayan las penas.